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Prepárate para vivir una jornada única en uno de los paisajes más impresionantes de los Andes: la majestuosa Montaña de Siete Colores, también conocida como Vinicunca. Este santuario natural, formado por capas de minerales que dibujan franjas en tonos vibrantes, es un espectáculo geológico y cultural que parece obra de un artista celestial.
Al amanecer, nuestro representante pasará por tu hotel para iniciar un recorrido hacia el sur de Cusco. Durante el trayecto, los valles se irán abriendo paso entre montañas que anuncian la grandeza del destino final. Harás una parada para disfrutar de un desayuno buffet, acompañado por la calma del paisaje andino y el aire fresco de la mañana.
La ruta continúa hasta el punto de inicio de la caminata. Guiado por un experto local, comenzarás el ascenso a través de escenarios de alta montaña, donde las alpacas pastan en libertad y los picos nevados se elevan majestuosos bajo un cielo diáfano. Cada paso se convierte en una conexión más profunda con la naturaleza, mientras la altitud y el silencio imponente intensifican la experiencia.
Al llegar a la cima, la Montaña de Siete Colores se revelará ante tus ojos con su paleta natural: rojos intensos, dorados cálidos, verdes profundos y azules turquesa que forman un lienzo imposible de olvidar. Es el momento perfecto para capturar imágenes y dejarte envolver por la energía pura que irradia este lugar sagrado.
Tras disfrutar del paisaje, emprenderás el descenso hacia el punto de partida, donde el transporte te llevará de regreso a Cusco. En el camino, un almuerzo incluido te permitirá recuperar energías y compartir impresiones de esta inolvidable travesía.
La jornada concluye cerca de la Plaza de Armas de Cusco, dejándote con el tiempo ideal para explorar o cenar a tu propio ritmo.